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27/07/2020 Eduardo Zbikoski

El escenario laboral pospandemia: la redefinición de una cultura organizacional a distancia.

El escenario laboral pospandemia: la redefinición de una cultura organizacional a distancia.

La pandemia llegó para acelerar y consolidar ideas y procesos que ya se percibían como señales de un futuro remoto en cuestiones laborales. El aislamiento obligatorio determinado por los gobiernos para evitar la propagación de contagios provocó la urgencia de concretar esas realidades lejanas en el presente. La digitalización del trabajo se ha convertido en la estrella corporativa en tiempos de COVID-19.

Sin duda alguna, el teletrabajo es la modalidad que llegó para quedarse en la historia más allá del desarrollo de una vacuna y del regreso a una normalidad que todavía desconocemos. Durante estos meses de cuarentena, la actividad laboral remota se reveló como una solución productiva para sostener el funcionamiento de las empresas.

Nuestra empresa convive con las dos realidades: el trabajo presencial y esencial, y el remoto que aplica a quienes se ocupan de gestionar la organización para que el sistema funcione de manera coordinada y productiva. En cuanto a los trabajadores esenciales, nuestra área de negocio de Transporte Público se ocupó de inmediato de la seguridad sanitaria instalando mamparas de aislamiento en los vehículos y realizando protocolos frecuentes de desinfección y limpieza para la protección de los conductores y de los pasajeros.

Nuestra área de negocio Automotriz transformó sus servicios y modalidades a los nuevos protocolos y a las modalidades de comercio digital.

Se trató de un doble desafío. Por un lado, activar medidas para proteger a nuestros trabajadores esenciales y, a la vez, seguir ofreciendo un servicio de calidad y de cuidado a nuestros clientes. Por otro lado, se sumó la tarea de coordinar el teletrabajo que implica la reconstrucción de la cultura de la empresa que prioriza la excelencia en los servicios que presta junto con el bienestar de los colaboradores. Me refiero a reconstruirla en el sentido de generar nuevas formas de interacción que permitan conservar el sentido de trabajo en equipo atendiendo también a las necesidades particulares de cada uno de nuestros empleados que hoy enfrentan un reto de conciliación nuevo con la oficina instalada en sus casas.

Sabemos que la productividad se mide en objetivos cumplidos. Frente a este panorama, entendemos que el concepto de jornada laboral durante una determinada cantidad de horas debe adaptarse en función de las tareas cumplidas a tiempo. Como empleadores de una compañía familiar, debemos brindar las herramientas para que los colaboradores adecúen las rutinas a la dinámica de sus hogares.

El desafío de ahora en adelante es aprender de las experiencias, procesarlas y utilizarlas para contar con los recursos que nos permitan responder rápidamente a posibles nuevas contingencias.

¿Significa que este ensayo de trabajo remoto hará desaparecer a la oficina? Definitivamente no. Las empresas hoy se enfrentan al desafío de determinar qué funciones pueden continuar realizándose a través del teletrabajo y cuáles necesitan de un espacio físico de contacto con otros colaboradores. No se trata de pensar en blanco y negro sino de elaborar sistemas mixtos que impliquen las modalidades presenciales y online de trabajo de acuerdo con las necesidades y tareas de los puestos. Estas nuevas rutinas contemplarán la redefinición de la cultura de la empresa apuntando como siempre al bienestar de los empleados y sus familias y a la excelencia en nuestros servicios pero con el desafío de entender los nuevos escenarios laborales a distancia.

El regreso a los lugares de trabajo implicará la aplicación de protocolos de distanciamiento social y de medidas sanitarias intensas para garantizar la salud y la seguridad de los empleados. Además del uso de máscaras, del lavado de manos y del mínimo contacto con superficies, las empresas también pueden trazar distintos horarios de ingreso y egreso para reducir la cantidad de personas a la vez en el espacio laboral y también para redistribuir los horarios pico de los medios de transporte.

La oficina no va a desaparecer porque es la representación física de la empresa: no es sólo gente trabajando en un lugar, sino que es la unión creativa de personas para alcanzar un objetivo. En nuestro caso, además, esa unión se extiende a todos los trabajadores esenciales que forman parte de la organización. La empresa no es un ente con vida propia al margen de sus miembros, sino que es lo que resulta del trabajo coordinado entre ellos. De ahí la necesidad del contacto personal y real porque los hombres y las mujeres somos mucho más que intelectos y porque una vida plena –también en el ámbito laboral- requiere de la puesta en juego de todas las habilidades integradas en la realidad única de materia y espiritualidad que nos define.  Entonces, cabe la pregunta.

¿Cómo nos está afectando emocionalmente a las empresas y a sus colaboradores el aislamiento social tan estricto?